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Estrenos de la semana | 18 de enero | Django y Lincoln se baten en duelo

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No están nada mal los estrenos de cine de esta semana, con dos grandes y esperados títulos: ‘Django desencadenado’ y ‘Lincoln’, de dos grandes autores. Respectivamente Quentin Tarantino y Steven Spielberg. El resto pueden servir de curiosidad o de relleno.

Django desencadenado

‘Django desencadenado’

Título original, nacionalidad, año: ‘Django unchained’, EE. UU., 2012.

Dirigida por: Quentin Tarantino.

Interpretada por: Jamie Foxx (Django), Leonardo DiCaprio (Calvin Candie), Christoph Waltz (Dr. King Schultz), Samuel L. Jackson (Stephen), Kerry Washington (Brommhilda), Walton Goggins (Billy Crash), Dennis Christopher (Leonide Moguy), Don Johnson (Big Daddy), James Remar, James Russo, Amber Tamblyn, Jonah Hill, Zoe Bell, Michael Parks.

Sinopsis: La historia de “Django desencadenado” está ambientada en el Sur de los Estados Unidos, dos años antes de estallar la Guerra Civil, el Dr. King Schultz en un cazarrecompensas de origen alemán que sigue la pista de unos asesinos: los hermanos Brittle. Para lograr su objetivo busca la ayuda de un esclavo llamado Django (Jamie Foxx). El poco ortodoxo Schultz se hace con Django bajo la promesa de dejarlo en libertad una vez que hayan capturado a los Brittle, vivos o muertos. El éxito que obtienen en su cometido hace que Schultz libere a Django, pero ambos deciden no separarse y seguir juntos su camino. Django perfecciona su destreza como cazador con un único objetivo: encontrar y rescatar a Broomhilda, la esposa que perdió hace tiempo en el mercado de esclavos. La búsqueda de Django y Schultz finalmente los lleva hasta Calvin Candie, propietario de la infame plantación Candyland. Bajo falsos pretextos Django y Schultz exploran las instalaciones y despiertan las sospechas de Stephen, el esclavo de confianza de Candie.

Accede a todos los materiales sobre ‘Django desencadenado’.

Crítica en Blogdecine: ‘Django desencadenado’, prueba de muerte

Lincoln

‘Lincoln’

Nacionalidad, año: EE. UU., 2012.

Dirigida por: Steven Spielberg.

Interpretada por: Daniel Day-Lewis (Abraham Lincoln), Tommy Lee Jones (Thaddeus Stevens), Sally Field (Mary Todd Lincoln), Joseph Gordon-Levitt (Robert Lincoln), David Strathairn (William H. Seward), Tim Blake Nelson (Richard Schell), James Spader, Lee Pace, Jackie Earle Haley, David Oyelowo, Jared Harris (general Ulysses Grant).

Sinopsis: ‘Lincoln’ se centra en los tumultuosos últimos meses en ejercicio del decimosexto presidente de los Estados Unidos. En una nación dividida por la guerra y en la que soplan fuertes vientos de cambio, Abraham Lincoln emprende un conjunto de acciones con el objetivo de acabar con la guerra, unir al país y abolir la esclavitud. Con la talla moral y la fuerte determinación para lograr todo ello, las decisiones adoptadas por Lincoln en un momento tan crítico cambiarán el destino de las generaciones venideras.

Accede a todos los materiales sobre ‘Lincoln’.

Qué podemos esperar: Una recreación a lo grande de una época histórica caracterizada por algo que ahora nos suena tan lejano como imposible: políticos íntegros que tratan de mejorar su país y de hacer algo positivo por la población, especialmente por los más desfavorecidos.

Nameless Gangster

‘Nameless gangster’

Título original, nacionalidad, año: ‘Bumchoiwaui junjaeng’, Corea del Sur, 2012.

Dirigida por: Yoon Jong-bin.

Interpretada por: Choi Min-sik, Ha Jung-woo, Jo Jin-woong, Ma Dong-suk, Gwak Do-won.

Sinopsis: En 1982 Ik-hyun (Choi Min-sik) es un funcionario de aduanas corrupto que está a punto de ser despedido. Decidido a dar un último gran golpe, al intentar vender una bolsa llena de heroína termina aliado con uno de los jefes mafiosos más importantes de Busan, Hyung-bae (Ha Jung-woo). Ik-hyun se gana la confianza de Hyung-bae de inmediato gracias a su imparable verborrea, y así la fuerza de uno y las habilidades del otro permitirán a ambos convertirse en los amos de Busan. Pero al llegar los años 90, el gobierno anuncia la guerra abierta contra el crimen organizado, y es entonces cuando empiezan a aparecer grietas en su relación. La guerra abierta por el poder absoluto ha comenzado.

Qué podemos esperar: Del cine surcoreano siempre espero cosas buenas. Me encanta esa cinematografía. Lo que espero es que este ejemplar de su género de gángsters esté a la altura de otras que les conocemos.

Tabú.

‘Tabú’

Nacionalidad, año: Portugal, 2012

Dirigida por: Miguel Gomes.

Interpretada por: Ana Moreira, Carloto Cotta, Henrique Espírito Santo, Isabel Muñoz Cardoso, Ivo Müller, Laura Soveral, Manuel Mesquita, Teresa Madruga.

Sinopsis: Viaja del Portugal de hoy al África colonial a través de la historia de una temperamental señora, su doncella de Cabo Verde y un vecino de su mismo bloque lisboeta. Cuando la anciana muere, los otros dos descubren un episodio de su pasado.

Qué podemos esperar: Se ha descrito como un cuento de amor, aventuras y crimen ocurrido en lo más profundo de África y se ha comparado con la visión de los mares del sur de Murnau.

Moscati

‘Moscati, el médico de los pobres’

Título original, nacionalidad, año: ‘Giuseppe Moscati: L’amore che guarisce’, Italia, 2007.

Dirigida por: Giacomo Campiotti.

Interpretada por: Giuseppe Fiorello (Giuseppe Moscati), Kasia Smutniak (Elena), Ettore Bassi (Giorgio), Carmine Borrino (Umberto), Paola Casella (Cloe), Giorgio Colangeli (De Lillo), Marco Gambino, Emanuela Grimalda.

Sinopsis: Nápoles, inicios del siglo XX. Giuseppe Moscati es un médico con brillante futuro que consigue plaza en uno de los mejores hospitales de la región: “el hospital de los incurables”. Moscati dedicará toda su vida al cuidado y atención de los enfermos, en especial de los más pobres. En su camino se cruzará la joven aristócrata Elena, que hará replantearse a Giuseppe su futuro. Su fama en lo personal y en lo profesional hizo de Giuseppe Moscati una de las personas más queridas en Nápoles.

Qué podemos esperar: Al parecer, se trata de una miniserie de la RAI, que nos llega adaptada a versión largometraje. Lo cierto es que no la vería ni en la tele, no creo que me acerque al cine por ella.

Corazón roble

‘El corazón del roble’

Nacionalidad, año: España, 2012.

Dirigida por: Ricardo Ramón y Ángel Izquierdo.

Sinopsis: En ‘El corazón del roble’, extraños acontecimientos están cambiando el clima en la colina del dragón. La caída brusca de las temperaturas ha sumido la tierra en el frío y la oscuridad. El bosque se muere y Robin, el pequeño Elfo, guardián del bosque, suplica a los dioses ayuda para combatir el mal que amenaza con destruir la vida.

Qué podemos esperar: La animación española está en una buena posición frente a competidores de otras partes del mundo dentro del mismo formato. Eso no quiere decir que todo lo que se haga en este sentido tenga una elevada calidad. La que nos ocupa parece, por el contrario, una propuesta de directo a DVD con un estreno técnico.


'Lincoln', una verdad inconveniente

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El presidente republicano Abraham Lincoln (Daniel Day-Lewis) se propone abolir la esclavitud justo cuando la guerra civil norteamericana está llegando a su fin, propuesta que lo llevará a tomar medidas extraordinarias para lograr su fin.

Aquí está la esperada y oscarizable nueva película de Steven Spielberg, escrita por Tony Kushner, y que supone una de las más fieras candidatas a los Oscar. Antes de nada, debo decir que ‘Lincoln’ (id, 2012) es una pieza de entretenimiento notable, haciendo de la velocidad de los diálogos y sus situaciones un elemento de emoción fílmica y disparando la acción de un modo ejemplar en lo narrativo. Con actuaciones competentes y una duración larga, la película propone narrar dos asuntos de importancia notable para los Estados Unidos: el trabajo de Lincoln y el logro que supuso eliminar la esclavitud.

Pero, por supuesto, sería ridículo detenernos aquí. La película pretende ser una visión del más loado y mitificado presidente de los Estados Unidos y sería absurdo ignorar que mantiene una relación notable con los hechos, con la Historia y con la percepción que se tiene del presidente. Desconozco si existen pasiones por la política norteamericana en España, pero debo decir que la película se basa muy parcialmente en Team of Rivals, el libro de no-ficción de Doris Kearn Godwin que proponía resumir el proceso bajo el cual logró Lincoln eliminar la infamia de su tierra.

Aunque me parece una película entretenida y aceptable como pasatiempo, en lo que de verdad propone y celebra, en lo que ilumina me parece una película bastante discutible que será convenientemente simplificada y elogiada por la crítica, a no ser que se tome un rumbo interpretativo distinto. Voy a explicarme. Sé, como todos vosotros, que esta es una recreación, una ficción histórica así que damos por sentado que no es fiel a los hechos. Sin embargo ¿al servicio de qué y cómo miente? La elemental observación de que Spielberg falsifica hechos no me parece válida, la que sí me parece correcta es ¿qué cambia y bajo qué prisma?

Bien, no exagero si digo que estamos ante un clásico obámico. Este Lincoln cumple dos funciones relevantes para la cultura norteamericana: la primera es mitificar, todavía más, a su presidente y la segunda es dibujarlo como una especie de precedente espiritual de Barack Obama. Ya hicieron eso periodistas y el propio presidente el día de su inauguración. De hecho, el discurso de Obama, desde el final de su primer mandato hasta ahora, ha sido el de dibujarse como un amigo del consenso, un enemigo del partidismo, un gran moderado que busca aprobar la reforma sanitaria pese a la feroz oposición del Partido Republicano.

Lincoln, por si alguien no lo sabe, era, y de un modo orgulloso, un gran republicano. Basta con consultar sus obras completas o cualquier fuente histórica para recordar que Lincoln era abierta y totalmente republicano y que no dudaba en reivindicar el partidismo en virtud de su capacidad que tiene razón. Así que cualquier espectador informado levantará la ceja cuando vea a Day-Lewis reivindicar ¡valores obámicos! ¡consenso! Pero qué estupidez y sobre todo qué falsedad más innecesaria. ¿Qué clase de mito pretende Spielberg?

Uno perfecto. Padre castigador y severo pero inteligente, hombre que es capaz de citar a Shakespeare y cautivar a los demás con su relato, todo tormento interior e incansable inteligencia política: su Lincoln no es humano, es todo los pedazos de una imagen mitológica que aquí renuncia a cualquier atisbo de humanidad. ¿Por qué? Porque incluso cuando es humano, como cuando castiga a su hijo, solamente nos confirma que era un ser humano excepcional. La interpretación de Day-Lewis confirma esto.

Lo que me parece más peligroso es lo que mucha gente entenderá como inteligencia política, como lección de política contenida en la película. Bien, seamos rigurosos. Ciertamente, al final de esta película, la esclavitud es abolida. Lincoln, que tenía esclavos con total naturalidad como cualquier otro hombre de su tiempo, tomó una gran decisión, pero si esa decisión depende enteramente de corrupción, de cualquier tipo de corrupción, entonces los fines son necesariamente fallidos.

Spielberg parece creer que en esa picaresca de un sistema corrupto hay algún tipo de épica. Diferimos. La película toma como lección de política algo que se opone a la propia política democrática: el poder debe ser reformado, la soberanía, popular, y los políticos deben moverse en un marco que debe poder reformarse en favor de la libertad, la libertad entendida no solamente como marco de lección sino como capacidad de sus ciudadanos.

En ese sentido, y recalco que es el sentido último de la película, la última película de Steven Spielberg es engañosa, celebra sistemas corruptos y nos hace creer en mentiras. Tolstoi dijo que la cercanía de Lincoln impedía a la gente como él poder dar un buen juicio; en todo caso, la visión de Spielberg es, antes que nada, una oda al presidente Obama y una confortable reivindicación del sistema corrupto que, en el último momento, puede salvar vidas. Pero ese no fue el legado de Lincoln, ni tampoco el de la democracia americana.

Por esa razón es mucho mejor la brillante ‘El Joven Lincoln’ (Young Mr. Lincoln, 1939) de John Ford. Aquella película imaginaba a un joven abogado, mucho antes de sus acciones históricas, salvando a un inocente de una tropelía, descubriendo la importancia del liderazgo y, en definitiva, naciendo como mito. La estrategia de Ford no era reescribir la Historia, sino que su mito nos servía para comprender la imagen posterior y el legado de su presidente. Además, imaginaba un hecho flotante en su juventud, nada necesitado de glorificaciones.

Spielberg demuestra un talento notable al mando narrativo, montando toda la película al ritmo de los mejores documentales de Ken Burns. También es un buen estratega retórico, ya que solamente la emoción de su cine anterior brota en el epílogo, el único momento en el que notamos que esa es su película.

Cuando narra el trágico destino de Lincoln a través de los ojos de un niño, es Spielberg quien habla, de nuevo, pero, al mismo tiempo, sobrecogidos por la brillantez de la escena, comprobamos como el resto de la película ha fracasado. Su Lincoln es pura fantasía y su mirada, que se pretende inteligente, no es capaz de concebir a un magnífico y tradicional liberal conservador norteamericano para imaginarlo como ahora nos conviene, como un demócrata progresista avant la lettre que además era el ser humano más cautivador y dotado de su era. ¿De qué sirve, pues, la figura compleja e interesante del verdadero Lincoln si todo cuanto quiere esta película es que caigamos rendidos ante esa versión divina que encarna Day-Lewis? De nada, al menos si no vivimos bajo la administración Obama.

Es por eso que esta película aporta poco menos que un entretenimiento, aún aspirando a todo. Porque la verdad es siempre más interesante que la mentira. Porque la verdad es siempre un relato lleno de sorpresas y aprendizajes.

Entre lo más destacado de la película, Tommy Lee Jones convertido en la retórica al encarnar a un fiero abolicionista, Sally Field magnífica como la esposa y con un relieve emocional notable y sorprendente (lo mejor del guión de Kushner) y un trabajo sencillamente admirable de Janusz Kaminski, iluminando hábilmente todas las escenas, otorgando un aire ensombrecedor y poderoso a todos los contraluces de la película.

'Lincoln', el padre de Estados Unidos

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Imagen con un cartel de 'Lincoln'

Steven Spielberg es uno de los realizadores más importantes del cine moderno, dotando siempre a sus películas de su sello personal, una inconfundible mezcla de gran conocimiento del cine de puro entretenimiento con un acabado artístico que para sí quisieran la gran mayoría de directores de Hollywood. Eso no quiere decir que a lo largo de su carrera no haya cometido varios errores, ya sea motivado por aspectos comerciales – la cuarta entrega de las aventuras de Indiana Jones- o inquietudes más personales – la vulgar ‘Amistad’ (1997)-, pero la tónica dominante de los últimos años ha sido la de ir regalándonos buenas películas con chispazos ocasionales de auténtica genialidad y, de vez en cuando, sacando adelante largometrajes prácticamente redondos en los que hace honor a su título honorífico de Rey Midas de Hollywood. Este pasado viernes llegaba a España ‘Lincoln’ (2012), su aproximación a la figura de uno de los presidentes clave de la historia de Estados Unidos en la que Spielberg vuelve a desplegar lo mejor de sí mismo.

Es evidente que la historia siempre la escriben los vencedores, quedando el dibujo completo de lo realmente sucedido reducido a investigadores de lo sucedido que tienen que luchar contra la falta de interés de los organismos oficiales. Para algunos ya es una limitación suficiente como para que Tony Kushner coja el libro de Doris Kearns Goodwin y cambie cosas a su antojo no sólo para enaltecer la figura mesiánica de Abraham Lincoln, sino también para acercarlo a Obama en sus intentos de salvar una nación enferma. La abolición de la esclavitud frente a la recuperación de la crisis económica que amenaza con destruir el odioso sistema capitalista, pero hay muchos puntos oscuros para conseguir el bien común y eso es algo que Kushner y Spielberg prácticamente desprecian en una decisión que no daña para nada el resultado final, ya que su objetivo no es el verismo histórico de ‘Lincoln’.

Daniel Day-Lewis y Joseph Gordon-Levitt en 'Lincoln'

El Lincoln de Spielberg es una figura paterna para Estados Unidos del mismo modo que lo era el Nelson Mandela de Clint Eastwood en ‘Invictus’ (2009), pero la forma de retratarlo difiere sobremanera: Lincoln es un padre preocupado dispuesto a lo que sea por imponer sus métodos y acabar con la esclavitud en Estados Unidos, mientras que Mandela funcionaba más como un progenitor distendido que confiaba en sus más cercanos para romper la barrera racial en Sudáfrica. Su objetivo tienes raíces muy similares, pero Eastwood apostaba por el poder integrador del deporte como eje del relato, mientras que Spielberg prefiere confiar en una apariencia de drama histórico de corte más académico, aunque evitando caer en los excesos trascendentales o los maniqueísmos que asolan a muchas propuestas de este corte.

El abultado metraje de ‘Lincoln’ es uno de los grandes miedos de muchos a la hora de encarar su visionado, pero el fluido ritmo del que Spielberg dota al relato atrapa a un espectador al que controla sin caer en la manipulación, pasando del dramatismo más feroz a la comedia más liviana – intachables las escenas del trío liderado por James Spader- con indiscutible brillantez. Poco importa que todos sepamos que Lincoln consiguió abolir la esclavitud, ya que los mecanismos utilizados por Kushner y Spielberg consiguen elevar a la altura de la épica una simple votación política que en primera instancia parecía condenada a resultar repetitiva incluso en sus propios giros de guión – la solicitud al protagonista de que avale algo que sabe falso- . Es en este tramo final cuando hace acto de presencia el Spielberg más popular para engatusarnos y celebrar como nuestra la victoria personal del protagonista.

'Lincoln' es Dios

Sería imperdonable olvidar el brillante trabajo técnico de muchos de los colaboradores de Spielberg, pero sobre todo en el caso de Janusz Kaminski en la iluminación, aprovechando al máximo los contrastes para incidir en la fuerza mesiánica de Lincoln en sus escenas más íntimas – pienso sobre todo en la resolución de varias de las que comparte con su esposa- y dando vigor al conjunto. Spielberg, sabedor de contar con un equipo de primera, se atreve a abordar tramas de importancia de una forma un tanto minoritaria, restando esto un poco de empaque al conjunto. Y es que el Lincoln padre de familia es un personaje menos poderoso que su rol como salvador de su patria, pero estos detalles resultan esenciales para dar más relieve al personaje de un Daniel Day-Lewis merecedor de todos los premios habidos y por haber por su actuación aquí. Y es que su fuerza como orador – atención a la estupenda secuencia inicial- se resquebraja cuando tenía que lidiar con los suyos, también heridos – su hijo fallecido- y en peligro de descomposición – un desaprovechado Joseph Gordon-Levitt empeñado en alistarse al ejército que lidera su padre-, pero aquí es más débil, algo que se remarca a través de ciertos excesos dramáticos por parte de Sally Field que no siempre están resueltos con fortuna.

Llama la atención la oposición entre el acercamiento casi divino a la figura de Lincoln y que Spielberg no recurra a él como eje de todas las secuencias, siendo éste uno de sus mayores aciertos, ya que permite al espectador respirar un poco y conocer también otros detalles de interés, la mayor parte de ella gracias a un sentido Tommy Lee Jones. No deja de ser un personaje utilizado para matizar el caso real, ya que ‘Lincoln’ nos recuerda que los cambios han de ser progresivos para ser posibles dentro de los cauces habituales y que los excesos condenan a toda buena idea al fracaso más absoluto. Es por aquí por donde se justifican prácticas censurables en la vida real como la corrupción o el riesgo de sacrificar vidas de inocentes para salirse con la suya, una muestra de picardía que, al igual que su propia familia, ayuda a mantener a Lincoln con los pies en el suelo. No seré yo el que celebré el saltarse la ley a la torera, pero nada hubiera cambiado si todo hubiera seguido los cauces de la normalidad establecida. Lincoln es un héroe, seguramente mucho menos puro que el que nos propone Spielberg, pero cada uno siempre tendrá a destacar unos recuerdos sobre otros y ‘Lincoln’ no es más que un ejemplo de discriminación interesada como base para una gran película que también funciona a las mil maravillas como entretenimiento.

Daniel Day-Lewis es 'Lincoln'

Estamos pues ante un estupendo largometraje que no tiene tanto interés en ofrecer una visión histórica certera como de indagar en la figura de Abraham Lincoln como referencia paterna de un país en proceso de autodestrucción. La portentosa actuación de Daniel Day-Lewis sirve como eje para que Spielberg nos ofrezca un fascinante – e impecable técnicamente- relato en el que no cae en el error de querer ser demasiado trascendental, pues no le tiembla el pulso para aplicar varias soluciones más propias de una producción de puro entretenimiento. Hay fallos menores – algún personaje queda un poco perdido en la grandeza de la propuesta- y la falta de verosimilitud histórica puede molestar a los puristas en la materia, pero ‘Lincoln’ es un ejemplo de brillantez cinematográfica – aún dudo si por encima o no de la que era hasta ahora mi favorita personal para los próximos Oscar-, y eso siempre será lo más importante al hablar de una película que conflictos menores como sus logros como adaptación o las inútiles discusiones sobre su ideología.

Otra crítica en Blogdecine: ‘Lincoln’, una verdad inconveniente

'Lincoln', algunos fines justifican los medios

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Daniel Day-Lewis es Lincoln

Nos acercamos a febrero y la cartelera española está que arde. El pasado fin de semana se estrenaron dos de las películas más esperadas del año pasado, ‘Django desencadenado’ (‘Django Unchained’, Quentin Tarantino, 2012) y ‘Lincoln’ (Steven Spielberg, 2012), probable triunfadora en la próxima edición de los Oscar —parte con 12 nominaciones—.

Curiosamente, los nuevos trabajos de Tarantino y Spielberg coinciden escarbando en el tema de la esclavitud en Estados Unidos, pero el enfoque es tan diferente como cabe esperar de dos cineastas cuyo únicos rasgos comunes parecen ser la pasión por el séptimo arte y el respeto por la profesión que tan ejemplarmente realizan. La intención del director de ‘Lincoln’ es la de recrear un momento histórico fundamental tanto para el decimosexto presidente de los Estados Unidos de América como para ese país, con el objetivo no solo de entretener, de ofrecer un interesante relato con el que pasar la tarde (casi dos horas y media dura el film) sino también con finalidad didáctica, y buscando el debate y la reflexión, que el espectador se levante de la butaca con algo en lo que pensar.

Tommy Lee Jones en Lincoln

Cuenta Spielberg que la figura de Lincoln le fascina desde que era niño, y llevaba años intentando filmar una película sobre el personaje pero el proyecto no terminaba de arrancar. Con la colaboración de Doris Kearns Goodwin —autora del libro en el que se basa el film, ‘Team of Rivals: The Political Genius of Abraham Lincoln’— y Tony Kushner —coguionista de ‘Munich’ (S. Spielberg, 2005)—, el cineasta retomó la idea y decidió centrar la acción en los últimos cuatro meses de la vida del presidente, el periodo en el que se abolió la esclavitud y terminó la guerra civil, en lugar de realizar un biopic que abarcara desde su nacimiento hasta su muerte —como hizo D.W. Griffith en 1930 (el Lincoln encarnado por Walter Huston era un tanto simplón)—.

Aunque Spielberg no descuida otros puntos de interés, como el conflicto bélico o la vida personal del presidente, el eje central de ‘Lincoln’ es la discusión y aprobación de la decimotercera enmienda en la cámara de representantes. Un asunto que permite al realizador explorar las habilidades políticas del protagonista, así como ejercitar sus propias habilidades como narrador, tratando de enganchar al público en un proceso donde no falta el suspense y la emoción. Spielberg se esfuerza por subrayar la importancia de lo que estaba en juego, restando impacto y verosimilitud a algunas escenas. Es como si los personajes fueran conscientes de lo que va a pasar, y hablaran con perspectiva histórica, a menudo con tono grave y profundo. Por fortuna, acertados destellos de humor equilibran la balanza.

Una escena de Lincoln, de Steven Spielberg

No está inspirado el director con el ritmo y la exposición de los hechos, acaba cansando el incesante diálogo intercalado con miradas melancólicas de Lincoln y es muy fácil desconectar de la trama con tanta interrupción y tanto personaje secundario (a menos que seas un apasionado de la Historia o sea tu segundo visionado). No puedo evitar recomendar al lector —del mismo modo que Alberto me lo recomendó a mí— que recupere una de las joyas de Otto Preminger, ‘Tempestad sobre Washington’ (‘Advise & Consent’, 1962), que parece haber sido un referente para Spielberg a la hora de plasmar los entresijos del juego político. La comparación no le deja en buen lugar, y esto lo digo sin menosprecio alguno sobre el talento del responsable de ‘Lincoln’, uno de los más importantes cineastas vivos, maestro en el arte de emocionar al espectador. Por cierto, en algún que otro momento creí reconocer el estilo de otro grande, Clint Eastwood, su colaboración ha debido dejar huella.

Todos recordamos que Liam Neeson iba a ser el encargado de dar vida al Lincoln de Spielberg, hasta que decidió que había esperado demasiado y dejó el puesto vacante. Daniel Day-Lewis aceptó el papel y su interpretación es tan impresionante que nadie duda que ganará su tercer Oscar. El actor británico se mete en la piel del personaje y se pierde en él, se entrega hasta tal punto que en pocos minutos ha conseguido desaparecer y solo vemos y escuchamos a Lincoln; tanto es así que le invade a uno la tristeza en cierta escena final, como si fuera un testigo más en aquella habitación. Un formidable retrato al que contribuye la visión de Spielberg, la música de John Williams, la fotografía de Janusz Kaminski y el apoyo de compañeros de reparto, en especial Sally Field, David Strathairn y Jackie Earle Haley, que comparte una breve pero intensa negociación con el protagonista.

Sally Field y Daniel Day-Lewis

Es de agradecer que Spielberg haya procurado presentar a Abraham Lincoln de la manera más humana y realista que le ha sido posible —a fin de cuentas es su interpretación de un personaje al que admira (y una película, no un documental)—, de este modo no solo resulta más creíble sino que sus logros adquieren mayor mérito. Teniendo la película un centro de atención tan poderoso, llama la atención que se haya reunido un extenso y espectacular plantel de intérpretes. No hay tiempo para todos y es una pena que John Hawkes, Jared Harris o Joseph Gordon-Levitt estén tan desaprovechados. Por el contrario, Tommy Lee Jones saca jugo a sus pocos minutos y protagoniza una de las mejores secuencias de la película, cuando la cámara lo sigue y descubrimos el motivo de su apasionada defensa de la igualdad entre blancos y negros.

En definitiva, ‘Lincoln’ es un ambicioso, cuidado —sensacional diseño de producción de Rick Carter— y sólido drama con tintes de thriller político y orgullo patriótico que tiene en un portentoso Daniel Day-Lewis su mejor arma para cautivar al espectador y resistir el paso del tiempo como uno de los títulos más destacables de 2012. Oh, y un consejo. Si tenéis la opción, id a ver la película en versión original, el doblaje destruye el extraordinario trabajo de los actores (sobre todo el de Day-Lewis y Field); podéis comprobarlo con las dos versiones del tráiler que os dejo a continuación.

3,5

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Taquilla USA: Viviendo de rentas

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evildeadremaketaquilla

Las dos novedades del top ten en la taquilla americana son un remake y un reestreno. Sí, las ideas poco a poco en Hollywood se van acabando, o simplemente reciclando, que también se hace negocio con eso. Por un lado tenemos ‘Posesión infernal’ (‘Evil Dead’, Fede Alvarez, 2013), que como todos sabéis, se trata del remake de una de las películas de culto de Sam Raimi, la para mí espantosa ‘Posesión infernal’ (‘Evil Dead’, 1981), casquería pura y dura. Esta nueva versión, claramente orientada a las audiencias de hoy día, ha sido recibida con entusiasmo por los espectadores votantes en la IMDb, mientras que la crítica se muestra más exigente.

taquillaevildeadremake

En cuarto lugar, 20 años después de su estreno, y sumándose a la moda de la 3D, ‘Parque jurásico’ (‘Jurassic Park’, Steven Spielberg, 1993) consigue una nada desdeñable recaudación que por supuesto se suma a los millones y millones que lleva amasados desde entonces. ¿Qué decir sobre esta película? Un digno entretenimiento que figura entre lo peor filmado por Spielberg, y que en la famosa lista de la IMDb figura como una de las mejores 250 películas de toda la historia del cine —qué poco cine han visto algunos no, muchos—, mientras la crítica la trata bien sin emocionarse tanto. No pienso gastarme el dinero en volver a ver esta película con las dichosas gafas, la revisé de nuevo la semana pasada y su perfección técnica es apabullante. En España se verá a partir del 23 de agosto.

Vía | IMDb

Cannes 2013 | Polanski, los Coen, Winding Refn o Soderbergh en la Sección Oficial

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Cannes

Esta misma mañana durante una rueda de prensa, Gilles Jacob y Thierry Frémaux, director y delegado general del Festival de Cine Cannes, han anunciado la lista de películas que componen la Sección Oficial del festival francés, así como la de su sección paralela Un Certain Regard. El 66º Festival de Cannes, que se celebrará del 15 al 26 de mayo es uno de los grandes festivales de cine del mundo, y ha querido dejarlo bien claro con la impresionante selección de películas que competirán por la Palma de Oro.

Un flamante jurado que encabeza, ni más ni menos que el mismísimo Steven Spielberg, se las verá canutas a la hora de entregar el preciado palmarés de esta edición que promete dar mucho que hablar y superar la edición pasada en la que la estremecedora ‘Amour’ de Michael Haneke se hacía con la Palma de Oro.

only god forgives

La cinta encargada de inaugurar el festival no será otra que ‘El Gran Gatsby’ de Baz Luhrmann que se presentará fuera de concurso junto a la película de clausura ‘Zulu’ de Jérôme Salle. Dos títulos potentes, pero que sólo son un aperitivo para lo que vendrá: ‘Only God forgives’ (Nicolas Winding Refn), ‘Like father, like son’ (Hirokazu Kore-Eda), ‘Un château en Italie’ (Valeria Bruni-Tedeschi), ‘Inside Llewyn Davis’ (Ethan y Joel Coen), ‘Jimmy P. Psycotherapy of a plains indian’ (Arnaud Desplechin), ‘The inmigrant’ (James Gray), ‘Le Passé’ (Asghar Farhadi), ‘La Vénis à la fourrure’ (Roman Polanski), ‘Jeune et Jolie’ (François Ozon), ‘Behind the Candelabra’ (Steven Soderbergh), ‘Nebraska’ (Alexander Payne), ‘Michael Kohlhaas’ (Arnaud des Pallières), ‘Heli’ (Amat Escalante), ‘Grisgris’ (Mahamat-Saleh Haroun), ‘A touch of sin’ (Jia Zhangke), ‘La vie d’Adèle’ (Abdellatif Kechiche), ‘Shield of Straw’ (Takashi Miike), ‘La grande bellezza’ (Paolo Sorrentino)y ‘Borgman’ (Alex van Warmerdam).

La sección paralela Un Certain Regard tampoco se quedará coja y es que, para empezar, ‘The bling ring’ de Sofia Coppola dará el pistoletazo de salida de esta interesante sección cuyo jurado presidirá el director de cine Tomas Vinterberg. El resto de la sección la completan ‘As I lay dying’ (James Franco), ‘Miele’ (Valeria Golino), ‘Grand Central’ (Rebecca Zlotowski), entre otras y ‘All is lost’ (J.C Chandor) y ‘Blood Ties’ (Guillaume Canet), fuera de competición.

Una servidora paseará el palmito por la Croissette durante la primera semana del festival para traer a Blog de Cine todas las anécdotas y comentarios sobre las películas del certamen.

Steven Spielberg dirigirá 'American Sniper' con Bradley Cooper como protagonista

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Steven Spielbergs tomándoselo con calma

Steven Spielberg se ha ganado de sobra el poder estar varios meses dudando sobre cuál iba a ser su próxima película tras la excelente ‘Lincoln‘ (id, 2012). Parecía que la afortunada iba a ser la adaptación a la gran pantalla de ‘Robopocalypse‘, la novela escrita por Daniel H. Wilson, pero el pasado mes de enero Spielberg decidió aplazarla indefinidamente para así tener un guión a la altura de su talento. No ha sido hasta hace apenas unos minutos cuando el director de ‘Tiburón‘ (‘Jaws’, 1975) ha anunciado que va a liderar ‘American Sniper‘.

Lo más curioso del caso es que ‘American Sniper’ no es una película seleccionada por Spielberg para proceder luego a fichar a sus protagonistas, ya que Bradley Cooper llegó al proyecto mucho antes que el rey midas de Hollywood. El protagonista de ‘El lado bueno de las cosas‘ (‘Silver Linings Playbook’, David O. Russell, 2012) estuvo rápido para hacerse con los derechos para la adaptación cinematográfica de la autobiografía de Chris Kyle —quien contó con la ayuda de Scott McEwen y Jim DeFelice para su redacción—, siendo Jason Dean Hall —‘American Playboy’ (‘Spread’, David Mackenzie, 2009)— quien se ha encargado del guión.

‘American Sniper’ nos contará la historia real de Chris Kyle, un marine navy seal famoso por sus habilidades como francotirador, lo que le llevó a ser muy temido por las tropas iraquíes. Kyle ayudó a que otras muchas personas se apasionaran por el uso de las armas de fuego, pero —ojo, que habrá quien considere esto un spoiler de la película— acabó siendo abatido el pasado mes de febrero por un soldado con Síndrome de Estrés Postraumático al que estaba ayudando a recuperarse.

Vía | Deadline

'Lincoln' y 'Los miserables' ya a la venta en dvd y blu-ray

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Carátulas de 'Lincoln' y 'Los miserables'

Cada vez quedan más lejanos los últimos Oscar y todas sus nominadas y vencedoras, pero las sucesivas apariciones en dvd y blu-ray de todas ellas impiden que éstas dejen de ser un tema de actualidad. De hecho, esta semana tenemos dosis doble de películas oscarizadas, ya que al fin salen a la venta ‘Lincoln‘ (id, Steven Spielberg, 2012) y ‘Los miserables‘ (‘Les Miserables’, Tom Hooper, 2012).

Fox mantiene con ‘Lincoln’ su política de editar sus últimos lanzamientos en formato combo, es decir, incluyendo una copia de la película en dvd y blu-ray. En el caso que nos ocupa encontraremos jugosos documentales como ‘El viaje a Lincoln’, ‘Confeccionando el pasado’, ‘Viviendo con Lincoln’ —el más extenso de todos al irse hasta los 27 minutos de duración—, ‘Telón histórico de fondo: Richmond, Virginia’, ‘En la piel de Lincoln’ o ‘En compañía del personaje’. El primero y el cuarto son los únicos también presentes en el dvd que se pondrá a la venta por separado dentro de unos meses. Por 23 euros podéis haceros con esta estupenda película de Steven Spielberg.

Más opciones hay si queremos hacernos con ‘Los miserables’, ya que por unos excesivos 19 euros podemos comprarla en dvd sin ningún extra reseñable, mientras que tenemos varias opciones si optamos por la alta definición del blu-ray. La edición sencilla sube hasta los 26 euros e incluye un audiocomentario a cargo de Tom Hooper y dos documentales sobre la película, siendo ‘Los miserables: Una aproximación revolucionaria’ el más llamativo al durar más de una hora. Por cinco euros más se puede conseguir la edición en formato digibook que incluye todo lo anterior más un libreto para coleccionistas de 24 páginas y una copia de la banda sonora de la película. Por el mismo precio se puede comprar también un pack que incluye tanto la película como una copia del concierto conmemorativo del 25 aniversario de la obra teatral en blu-ray.

Críticas en Blogdecine:


Hay más cine ahí fuera (20 de mayo - 2 de junio)

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Imagen de 'Thor: El mundo oscuro'

Nada mejor para luchar contra la pereza de los domingos que echar un vistazo al Hay más cine ahí fuera de esta semana, uno de los clásicos de Blogdecine que reaparece tras su ausencia de la semana pasada. Para compensaros por ellos, en esta ocasión he elegido artículos publicados a lo largo de estas dos últimas semanas, habiendo espacio para superhéroes con polémica, grandes juergas de cine o ese fenómeno tan singular en el que se han convertido las chapuceras traducciones de títulos al español. ¡Vamos allá!

  • Fue Paul Verhoeven quien acabó dirigiendo ‘Desafío total‘ (‘Total Recall’, 1990), pero David Cronenberg estuvo vinculado al proyecto durante un tiempo. Ahora podemos conocer un poco sobre cuál hubiera sido su visión de la película, ya que en io9 nos ofrecen la posibilidad de ver el arte conceptual que el artista Ron Miller creó siguiendo las órdenes de Cronenberg.
  • La franquicia Thor es la que más quebraderos de cabeza está dando a Marvel, ya que la experiencia de haber contratado a Alan Taylor tras la salida de Kenneth Branagh parece que se ha vuelto en su contra. En Blog de superhéroes nos comentan las desavenencias respecto a ‘Thor: El mundo oscuro’ (‘Thor: The Dark World’, 2013) que han surgido entre Taylor y Marvel y el motivo de éstas.
  • ¿Cuántas veces nos hemos poco menos que escandalizado al enterarnos de cuál iba a ser el título español de una película? Yo ya he perdido la cuenta y en La estación del fotograma perdido han querido incidir en ello a través de un ranking que recoge las que, en su opinión, son las 25 peores traducciones de la historia.
  • No se habla mucho de él, pero el compositor español Lucas Vidal se está haciendo un hueco en Hollywood gracias a su participación en películas como ‘Fast & Furious 6‘ (id, Justin Lin, 2013) o ‘El enigma del cuervo‘ (‘The Raven’, James McTeigue, 2012). En La información podréis encontrar un extenso artículo en el que conocer su admiración hacia John Williams, las dificultades para llegar a donde está y unos cuantos temas más.

Steven Spielberg rodando una película

  • Todos los grandes directores tienen un estilo característico y en LA Video Filmmaker nos proponen hasta catorce rasgos habituales del cine de Steven Spielberg con ejemplos visuales para poder cerciorarnos de ellos.
  • Poco tiempo han necesitado en Domingo de cine para convertirse en una de las webs españoles sobre el mundo del cine que sigo con mayor interés. En esta ocasión he querido destacar un estupendo artículo centrado en la banda sonora que Maurice Jarre compuso para la mítica ‘Doctor Zhivago’ (id, David Lean, 1965).
  • Hubo una época en la que Dario Argento era un director con talento y personalidad, pero hace años que sus obras parecen propias de un vulgar plagiador que ni siquiera saber hacer la o con un canuto. Todo indicaba que ‘Drácula 3D‘ (id, 2012) iba a ser otro ejemplo de que el talento a veces sí que caduca, pero en La abadía de Berzano podréis leer una crítica bastante ecuánime que reconoce muchos errores, pero también atisba ciertas virtudes.
  • Mi compañero Alberto aprovechó el estreno de ‘R3sacón‘ (‘The Hangover Part III’, Todd Phillips, 2013) para hablarnos en 1001 experiencias de las que él considera que son las mejores juergas que hayan acontecido en la gran pantalla. ¿Qué os parece su selección?

'Jurassic World' consigue a su primer actor

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Robert Downey Jr. y Ty Simpkins en Iron Man 3

El de la izquierda no, el de la derecha. Ty Simpkins es el primer actor en subir a bordo de ‘Jurassic World’, cuarta entrega de la franquicia ‘Jurassic Park’. Evidentemente no es una incorporación estelar pero es un primer paso, ya llegarán otros, se rumorea que el reparto se ampliará pronto con los fichajes de Bryce Dallas Howard y Jake Johnson. Y aunque Simpkins es solo un chaval de 12 años ya tiene bastante experiencia en cine, incluyendo papeles en éxitos como ‘Insidious’ (James Wan, 2010) o ‘Iron Man 3’ (Shane Black, 2013).

Steven Spielberg figura entre los productores de esta ‘Jurassic World’ que va a dirigir Colin Trevorrow —‘Safety Not Guaranteed’ (2012)—, coautor del guion junto a Derek Connolly. De momento la trama permanece en secreto si bien os recuerdo que el mes pasado se filtró un teaser tráiler que dejaba algunas pistas sobre lo que quizá veamos en este “reboot”. Si todo marcha como han previsto en Universal Pictures, la nueva aventura de humanos y dinosaurios se estrenará el 12 de junio de 2015 en salas 2D y 3D.

Actualización: Se ha sumado al reparto otro jovencísimo intérprete, Nick Robinson —‘The Kings of Summer’ (Jordan Vogt-Roberts, 2013)—.

Vía | Deadline

Hay más cine ahí fuera (23-29 de diciembre)

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Nymphomaniac

Ha llegado el momento de la última entrega de 2013 de nuestra sección Hay más cine ahí fuera, esa en la que indagamos entre los contenidos más llamativos que han aparecido en Internet durante los últimos siete días para ofreceros una selección de lo más interesante. Las listas son la nota dominante en esta ocasión, desde remakes que nunca debieron hacerse hasta películas raras que merecen nuestra atención por un motivo u otro, pero también hay espacio para reflexiones sobre cierta cinta pornográfica de reciente estreno o uno de los proyectos más apetecibles del Rey Midas de Hollywood.

  • Estamos de lleno en plena época navideña, por lo que considero que es el momento ideal para echar un vistazo a la selección de 10 películas ideales para ver en esta época del año que han elegido en El lápiz del tonto. Quizá sean unas elecciones demasiado tradicionales, pero no por ello hay que dejarlas de lado.
  • A lo largo del año se hacen películas de todo tipo, desde el típico blockbuster hasta auténticas extravagancias de cuya existencia quizá ni lleguemos a enterarnos. En El pájaro burlón son unos especialistas en ello y ya en su momento hicieron una selección de 40 rarezas que, por un motivo u otro, merece la pena conocer. Esta semana han decidido retomar la idea para proponernos otras cuarenta más.
  • Hubo un tiempo en el que era un lector fiel de Fotogramas, pero años después descubrí otras revistas de cine que me llenaban más. Sin embargo, ahora os traigo una curiosa lista que se han trabajado para su versión online, ya que allí encontraréis una selección de las trece películas más taquilleras de 2013 en España.
  • Steven Spielberg es un especialista en sumar a su agenda infinidad de proyectos que puede que nunca lleguen a hacerse o que tengamos que ver pasar muchos antes antes de que decida que esa va a ser su próxima película. Uno de los más apetitosos de los últimos tiempos es ‘Robopocalypse‘, cinta que estaba previsto que protagonizase Chris Hemsworth y Anne Hathaway. Ya veremos ai acaba realizándonse, pero mientras esperamos podéis echar un vistazo en Las crónicas de Axa a unos storyboards de la misma.
  • Hay muchos motivos para tener manía a Hollywood —y también unas cuantas para apreciar su existencia— y en 1001 experiencias encontraréis una selección de diez remakes que nunca debieron hacerse según la opinión de mi compañero Juan Luis.
  • Miradas de cine debería ser una de las webs de referencia para toda aquella persona que hable español y se considere un amante del séptimo arte. En esta ocasión me gustaría llamar vuestra atención sobre dos estimulantes reflexiones con motivo del estreno de la primera entrega de ‘Nymphomaniac’ (Lars von Trier, 2013).

Cine en el salón: 'Poltergeist', siguen aquííííííí

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Poltergeist cartel

Tobe no es el tipo de tío que toma las riendas del asunto. Si surgía una duda y la respuesta no era dada de inmediato, yo tenía que saltar y decir que era lo que se iba a hacer. Tobe entonces asentía y eso se convirtió en el proceso de nuestra colaboración.

Steven Spielberg

Debido a una cláusula en su contrato con la Universal, Steven Spielberg no podía rodar dos filmes a la vez, una intención que el antiguo rey Midas de Hollywood atesoraba de cara a poder ponerse tras las cámaras de ‘E.T, el extraterrestre’ (‘E.T. The Extraterrestrial’, 1982) y de un proyecto situado, en cierto modo, en muchos de los lugares comunes tratados en la afable cinta sobre la historia de amistad entre el entrañable alienígena y un niño humano. Relegado pues a las labores de productor, que compartiría con sus inseparables Frank Marshall y Kathleen Kennedy, Spielberg eligió a Tobe Hooper como el realizador idóneo para una cinta cuyo historia había escrito él mismo.

Y no hay que ser muy despiertos para darse cuenta que, con la relevancia que comportaba el proyecto para el cineasta, la elección de Hooper, a la luz de las afirmaciones que abren esta entrada, no fue nada casual, y no creo que sea aventurar mucho el afirmar que la maleabilidad del responsable de ‘La matanza de Texas’ (‘The Texas Chainsaw Massacre’, 1974) fue decisiva a la hora de que, una vez comenzado el rodaje, Spielberg pudiera hacer y deshacer a su antojo en el set.

Poltergeist 1

Con los dimes y diretes constantes que muchos de los que intervinieron en el filme fueron cruzando tanto durante el rodaje como de cara al estreno y durante años después de éste, resulta complicado determinar a quién le debemos más autoría sobre ‘Poltergeist’ (id, Tobe Hooper, 1982), si al director que aparece acreditado como tal o a un productor que pasó muchísimo más tiempo del habitual en las sesiones de filmación y cuya mano se deja notar de forma constante más allá del mero hecho de ser, como decíamos, el responsable de la historia y uno de los tres firmantes del guión.

Y aquí todo depende de a quién queramos creer más. Si a aquellos miembros del reparto que afirmaban que Hooper había dirigido el filme o a aquellos otros que alegaban que Spielberg había sido el realizador de facto del mismo. Personalmente, y tras haber visto infinidad de veces este clásico de los ochenta, me inclino más por la opción que tanto Frank Marshall como Zelda Rubinstein o Jerry Goldsmith apuntaban en diversas declaraciones hechas a posteriori, con el primero aseverando al ‘Los Angeles’ Times’ que su amigo “era la fuerza creativa detrás de la cinta”, la segunda afirmando que, durante los días que intervino, “el director fue Spielberg…Tobe sólo estaba parcialmente allí’ y el compositor de la magnífica banda sonora que luce la producción recordando que “desde el momento en que Tobe no estuvo implicado en la post-producción, las decisiones sobre la forma de aproximarse a la música recayeron sobre Steven”.

Poltergeist 2

A conciliar posturas y calmar unos ánimos que habían llevado al Sindicato de Directores a abrir una investigación para determinar si las afirmaciones que Spielberg había vertido podían haber desacreditado a Hooper, vino un carta abierta dirigida a éste último que el responsable de las aventuras de Indiana Jones hizo al ‘Hollywood Reporter’ y que reproducimos aquí:

Desafortunadamente, la prensa ha malentendido la especial relacíón creativa que hemos compartido con ‘Poltergeist’.

Disfruté mucho con tu apertura a la hora de permitirme un mayor involucramiento creativo, así como sé que te sentiste a gusto con la libertad que tuviste a la hora de dirigir tan maravillosamente la película.

A través del guión aceptaste desde el principio una visión determinada de esta historia tan intensa y, como director, cumpliste de sobra con tu cometido. Actuaste de forma responsable y profesional en todo momento y te deseo lo mejor en tu próximo proyecto.

Generando aún más polémica previa al estreno, la decisión de la Asociación Americana para la Calificación de dotar de una R al filme —un auténtico veneno para la taquilla de cualquier cinta— tan sólo un mes antes de su premiere basándose en lo intenso de sus imágenes, generó airadas protestas por parte de Spielberg y Marshall que, tras apelar la decisión de dicho organismo, consiguió un PG que, la verdad, nunca he logrado entender dado el carácter bastante adulto y atemorizador de mucho de lo que podemos ver en la cinta.

Demoliendo “suburbia”

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Sin desmerecer la labor de Hooper, del que no se puede negar que en algún momento suelto de la cinta dejó su impronta, lo cierto es que ‘Poltergeist’ es un filme Spielberg al 100%, y el discurso que aquí desarrolla el cineasta junto a Michael Grais y Mark Victor juega en consonancia, como afirmaba al comienzo de la entrada, con la atomización de la imagen idílica hacia la familia media estadounidense con la que el se había criado.

Y si en ‘E.T.’ dicho desmembramiento pasa por presentar a una madre que tira del pesado carro que suponen sus tres hijos sin que nunca se sepa nada del padre de ellos, y se nos dibuja un cuadro similar al que también quedaba perfectamente descrito en ‘Encuentros en la tercera fase’ (‘Close Encounters of the Third Kind’, 1978), en ‘Poltergeist’ el guión trabaja a través de las sutilezas, y no es hasta que uno ha visto varias veces la cinta que comienza a aprehenderse de los innumerables detalles que apuntan hacia la natural disfuncionalidad que campa a sus anchas en el hogar de los Freeling.

Las más sorprendentes, dentro de la estricta moral estadounidense, son las que se derivan del matrimonio interpretado por Craig T.Nelson y JoBeth Williams fumando marihuana en su dormitorio —mientras él lee una biografía de Ronald Reagan y ella un libro de Carl Jung, ahí es nada—, del hecho, dicho de pasada, de que ella tuvo a la hija mayor con tan sólo 16 años o de que, hacia el final, ésta muestre claros signos de ir por el mismo camino que fue su progenitora —atención al “chupetón” que luce en el cuello cuando su novio la deja en casa.

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En ayuda de la demolición de la bucólica imagen del suburbio —que es a fin de cuentas la de un estrato fundamental de la sociedad estadounidense— viene a abundar el discurso que dimana de la lectura del filme que centra su atención en la televisión: medio que sirve a los espíritus para contactar con Carol Anne y, en última instancia, puerta al infierno que se desatará en la casa de los Freeling, arremeter contra uno de los pilares básicos de la cultura popular yanqui es una de las grandes osadías de las que sale victoriosa una cinta que, a todas estas capas de contenido suma, por supuesto, un espléndido desarrollo de la vertiente de terror que, en palabras de Spielberg:

(…)es el lado oscuro de mi naturaleza. Soy yo cuando daba sustos de muerte a mis hermanas pequeñas o cuando me imaginaba que había pequeñas criaturas debajo de mi cama salidas de una pesadilla de cualquier cuadro del Bosco. En ‘Poltergeist’ traté aterrar, pero también divertir…intenté mezclar las risas y los gritos

Y aunque no han sido pocas las voces que a lo largo de los años me he encontrado afirmando lo mal que funciona la vertiente de terror del filme, soy de la opinión que, sin tener que recurrir a muchos golpes de efecto —que alguno hay— y jugando con esos miedos ancestrales que siendo niños todos hemos tenido, ‘Poltergeist’ funciona a la perfección como vehículo del género en sus primeros visionados, dejando paso a todo el rosario de lecturas que hemos dejado entrever más arriba conforme uno ya no se deja impresionar por dicho semblante y descubre, para su sorpresa, que mucho se puede rascar por debajo del terror.

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Gracias a una espléndida labor del equipo de efectos visuales liderado por Richard Edlund —no es por sonar abuelete, pero resulta asombroso lo que se podía hacer hace treinta años con algo menos de once millones de dólares— si hay algo que es obligado destacar por encima de cualquier otra disquisición en el terreno artístico, ya sea esta el magnífico diseño de producción o la efectiva dirección de Hooper/Spielberg, eso es la música de Jerry Goldsmith.

En una década en la que el legendario compositor cuajó muchas de sus mejores partituras, y un año en el que simultaneó ‘Poltergeist’ con ese adrenalínico score que es ‘Acorralado’ (‘First Blood’, Ted Kotcheff, 1982) y aquella magistral primera incursión en la animación que fue ‘N.I.M.H, el mundo secreto de la señora Brisby’ (‘The Secret of N.I.M.H’, Don Bluth, 1982), es asombroso la capacidad que el maestro tenía para reinventarse y dar con sonoridades tan espectaculares y apropiadas como las que ostentan sus pentagramas para la presente producción; unos pentagramas que quedan marcados por el tema coral infantil que se asocia con Carol Anne y que, asimismo, logran inusitadas cotas de genialidad en temas como el de la abducción de la niña o los dos clímax con los que se cierra el metraje.

Prolongados a lo largo de los últimos cuarenta y cinco minutos de proyección, y dejando el núcleo de la cinta reducido a su mínima expresión, la concreción de la dupla que es el final de ‘Poltergeist’ es la que quizás mejor habla de las muchas y atemporales cualidades que atesora el filme. Unas cualidades que por si solas ya consiguen aupar a la película a posiciones que rozan lo sobresaliente y que, aumentadas de forma infame por las varias muertes que rodearon a una saga que a través de sus dos siguientes entregas no haría sino reforzar las inmejorables impresiones que se derivan de éste magnífico título, no albergan lugar a dudas acerca de que estamos ante otro ejemplo más, y ya he perdido la cuenta de cuántos llevamos, de que mucho del cine que se hacía en los ochenta es, a falta de otro calificativo, irrepetible.

Formalismos

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Hace algún tiempo, Juan Benet publicó un libro maravilloso llamado La inspiración y el estilo que debe leerse aunque con mucho cuidado. El libro es, antes que nada, una autojustificación, un regate importante bajo el cual Benet justifica su estilo de prosa dificultoso, experimental y narra su prácticamente extraterrestre llegada a la república de las letras hispanas. Pero es, también, un magnífico caudal de ideas sobre estilo y arte que resultan de gran utilidad para librepensadores y curiosos sobre el modo en que leemos o miramos las cosas.

En muchos de los apreciables comentarios, escritos por gente inteligente y capaz de muy apreciables razonamientos, detecto, sin embargo, y de un modo persistente, una preocupante tendencia a separar, todavía y a estas altura, forma y fondo. Dicho de otro modo, y usando la más común expresión del idioma inglés, siguen validando aquella impresionante idiotez del style over substance.

La forma y el fondo no están separados. La forma crea al fondo: separarlos es una futilidad y también una reducción. Con la separación de forma y fondo, mis tan amables discutidores no es que pretendan iluminar, de modo concreto y harto necesario, aspectos concretos del cine, sino, más bien, reducirlo a sencillo placer estético.

No he sido ajeno a tales creencias, ni las repudio como parte de cualquier película de entretenimiento, pero pensar o sostener que existen obras maestras de la “forma” es una temeridad a la que no veo mayor utilidad: primero, porque no se quiere decir nada, apenas se celebra un hallazgo técnico, y segundo porque se niegan la cantidad de interacciones que tenemos con la ficción.

Realmente, lo interesante del fortín de estilos tan contrapuestos como los de Martin Scorsese o Yasujiro Ozu no es que uno sea un maestro del cine trepidante y juguetón y el otro un gran contemplativo. Bobadas. Cada uno de ellos, en sus respectivas obras maestras, ensancha y juguetea con perspectiva, carácter y expresión (de diversa índole: subjetiva y enrarecida en algunas películas de Scorsese; trascendente en otras de Ozu) en sus películas.

Eso es lo que hace grande al estilo y hace que merezca la pena aprenderlo: su función. Aprobando como válido cualquier estilo que resulte vistoso, no solamente caemos en otro pantano igual de peligroso que el de negar que las películas comunican pensamiento y representan valores compartidos, sino que además damos un espacio al conformismo muy alarmante, que mucho me recuerda al de quienes, todavía hoy, son incapaces de no distinguir entre las florituras estilísticas de Antonio Muñoz Molina, un escritor cursi y con clichés y excesos, de los grandes momentos de Javier Marías, un maestro indudable de la novela reciente.
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En ese sentido, tengo que admitir que mi reciente revisión de muchos clásicos de Ingmar Bergman me ha enseñado bastante más sobre la importancia de la función del estilo que cualquier otra revisión. Bergman no posee la amplitud expresiva de, pongamos el caso, Steven Spielberg, pero tiene algo al alcance de muy pocos: pensamiento, muy personal y muy eficazmente explorado en muchas de sus grandes películas.

Revisar las grandes obras maestras de Bergman es también revisar el juicio propio sobre la estética y sobre el pensamiento, es revisar nuestra personalidad frente a las imágenes y es revisar, en fin, nuestras maneras de mirar, con los otros, el mundo.

Por eso es muy importante entender que un gran estilista no es aquel más dotado para la virtud expresiva, pues entonces no existiría más que una gama de dominios y no algo más complejo, sino aquel que sabe expresar pensamiento. Esto no es una obligación a que todo cineasta sea austero como Ozu, ni envolvente como Scorsese, sino todo lo contrario.

No ignoro que esta trampa de la forma se usa en otros aspectos, ya sea entender la forma narrativa como única forma de una película (error grandioso, que nos llevaría solamente a considerar el argumento como elemento central), etcétera.

Esto es, más bien, una invitación a pensar la forma por lo que es: una invención de fondo bajo la cual podemos tener las más sugerentes discusiones.

El rumor del día: Bradley Cooper será el nuevo Indiana Jones

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Un fotograma de Indiana Jones 4 y una foto de Bradley Cooper con un colega

Es oficial, ‘Indiana Jones 5’ está en marcha. Según una información publicada hace unas horas en Latino Review, con o sin Harrison Ford, la franquicia del arqueólogo más célebre de la historia del cine seguirá adelante.

Según el rumor que se está extendiendo como la pólvora en Internet y que está provocando todo tipo de reacciones, George Lucas y Walt Disney Pictures han acordado una fecha para el comienzo de la producción de otra entrega de la popular saga, y si para entonces Ford decide que no desea continuar, Indy sufrirá un lavado de cara que supondrá el comienzo de nuevas aventuras.

La maniobra que se está maquinando es que la película no sea considerada exactamente un reboot o reinicio de la franquicia, sino más bien una continuación al más puro estilo James Bond. En caso de una respuesta negativa por parte de Harrison Ford, el estudio ya baraja una lista de candidatos y suena como fuerte posibilidad el nombre de Bradley Cooper.

Asimismo, se asegura que Frank Darabont podría firmar el guión de esta quinta parte, después de que el propio Lucas descartara el libreto que escribió para la entrega anterior. Era además la opción favorita de Steven Spielberg, quien sin embargo no ha dejado de apoyar a su amigo frente a las numerosas críticas recibidas por los absurdos incluidos en ‘Indiana Jones y el reino de la calavera de cristal’ (‘Indiana Jones and the Kingdom of the Crystal Skull’, S. Spielberg, 2008), en especial el recurso de la nevera para escapar a una explosión nuclear…

Tras esa cuarta película en la que, por cierto, se amagó con dejar el famoso sombrero en manos de Shia LaBeouf, el público quedó dividido entre los que prefieren que no se siga explotando al personaje y los que no se cansarán nunca de disfrutar con Indiana Jones. Lo que queda claro es que a este paso, si quieren continuar la saga, van a tener que buscar a un nuevo actor, teniendo en cuenta que Ford ha soplado ya 71 velas.

¿Os gusta la opción de Cooper o pensáis que es un sacrilegio que Indy tenga otro rostro?

'Los Goonies 2', Richard Donner confirma que veremos la secuela

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Seguimos con secuelas aunque en esta ocasión se han tomado las cosas con bastante más calma… Mientras en España se cocina a toda prisa la segunda parte de ‘Ocho apellidos vascos’ (Emilio Martínez Lázaro, 2014), en Estados Unidos se han puesto por fin manos a la obra con una continuación de ‘Los Goonies’ (‘The Goonies’, Richard Donner, 1985).

Ha sido el propio director del popular clásico de los 80 quien ha desvelado la información en una acto informal, mientras se hacía fotos con unos fans, firmaba autógrafos y respondía despreocupadamente a unos reporteros. Se le preguntó si tenía en marcha algún proyecto sobre superhéroes y cómics, ahora que se están multiplicando, y Donner soltó la bomba: “Estamos haciendo la secuela de los Goonies“. ¿Repetirá alguno de los actores originales? “Espero que todos“, declaró el veterano realizador. Y de momento, eso es todo.

Sean Astin, Corey Feldman, Jeff Cohen, Jonathan Ke Quan, Josh Brolin, Kerri Green y Martha Plimpton encabezaban el reparto de la película, basada en una historia de Steven Spielberg —también productor ejecutivo—. No se descarta que Richard Donner vuelva a ocuparse de la puesta en escena, sin embargo, teniendo en cuenta su edad (83 años) y que no dirige desde la estupenda ’16 calles’ (‘16 Blocks’, 2006), lo más probable es que deje el puesto a otro.

¿Os apetece ver ‘Los Goonies 2’, un remake… o revisar la original, aprovechando que el año que viene cumple 30 años?

Vía | SciFiWorld


Tom Hanks protagonizará un thriller ambientado durante la Guerra Fría

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Tom Hanks

Una de las cosas más comentadas de las últimas —y ya muy lejanas— nominaciones a los Oscar fue el hecho de que Tom Hanks no fuese candidato al premio de mejor actor por su trabajo en ‘Capitán Phillips‘ (‘Captain Phillips’, Paul Greengrass, 2013), pero lo cierto es que hace ya tiempo que dejó de ser uno de los intérpretes favoritos de la Academia de Hollywood. ¿Cambiará eso gracias al thriller ambientando durante la Guerra Fría que hace apenas unas horas se sabe que va a protagonizar?

Seguro que a eso podría ayudar si se concretase la posibilidad de que Steven Spielberg podría ser el encargado de rodarla, pero eso es algo que aún tardaremos en saber. ¿El motivo? Pues que el director de ‘Lincoln‘ (2012) lleva ya más de un año intentando decidir cuál será su siguiente largometraje y son muchos los proyectos que tiene encima de la mesa. Eso sí, teniendo en cuenta la buena relación que hay entre ambos, no dudaría en apostar a que este tiene ventaja sobre los demás.

La película, que aún carece de título, contará la historia real de James Donovan, un abogado que negoció la liberación de Gary Powers, el piloto de un avión espía que fue derribado en Rusia durante la Guerra Fría. El guión corre a cargo de Matt Charman, uno de los dos responsables del libreto de la inminente ‘Suite française‘ (2014), la primera vez que veremos en acción de Margot Robbie tras su explosiva aparición en la excelente ‘El lobo de Wall Street‘ (‘Thw Wolf of Wall Street’, Martin Scorsese, 2013).

Vía | Hollywood Reporter

Steven Spielberg llevará al cine 'El gran gigante bonachón'

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La ilustración de la portada del libro El Gigante Bonachón

Dos años han pasado del estreno de ‘Lincoln’ (2012) y se disparan los rumores sobre cuál será el próximo trabajo de Steven Spielberg. Recientemente se ha dicho que podría volver a colaborar con Daniel Day-Lewis en un drama posbélico, con Tom Hanks en un thriller ambientado en la Guerra Fría o que le interesa un guion sobre un niño judío secuestrado por el Vaticano (‘The Kidnapping of Edgardo Mortara’), sin embargo, lo cierto es que el cineasta desea llevar a la gran pantalla una obra de Roald Dahl.

Spielberg dirigirá ‘El gran gigante bonachón’ (‘The BFG’, 1982), cuento que tuvo una versión animada para televisión en 1989 realizada por Brian Cosgrove. La historia se centra en una niña internada en un orfanato. Un día se desvela a medianoche y ve cómo un ser gigante con una trompeta y maleta va de casa en casa soplando una especie de polvo. La pequeña es descubierta y llevada al País de los Gigantes…

Melissa Mathison, guionista de ‘E.T. El extraterrestre’ (‘E.T. the Extra-Terrestrial’, S. Spielberg, 1982) o ‘Kundun’ (Martin Scorsese, 1997), ha escrito la adaptación, previamente en manos de directores como John Madden y Chris Columbus. El plan de DreamWorks es que el rodaje comience a principios de 2015, dejando hueco para que Spielberg pueda ocuparse de otra producción aún por definir. Pronto sabremos cuál. Si es ‘Indiana Jones 5’ seré muy feliz…

Vía | Papel en Blanco

'Interstellar', cartel de la nueva película de Christopher Nolan

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Interstellar
La raza humana nació en la Tierra. Su destino nunca fue morir aquí.

Con ese hermoso mensaje nos llega la nueva película de Christopher Nolan. Mientras esperamos la aparición del tráiler de ‘Interstellar’ —se proyecta antes de ‘Godzilla’ (Gareth Edwards, 2014), otra razón para ir al cine el 16 de mayo—, Warner Bros. nos pone los dientes largos revelando el nuevo cartel oficial de uno de los títulos más importantes del año.

Matthew McConaughey, Jessica Chastain, Anne Hathaway, Casey Affleck, Michael Caine, John Lithgow, Topher Grace, Wes Bentley, David Oyelowo y Matt Damon, entre otros, componen el espectacular reparto que ha reunido Nolan para su noveno largometraje, el primero tras completar la exitosa trilogía de Batman. Se estrena el 7 de noviembre, tanto en Estados Unidos como en España. Podéis ver el teaser tráiler aquí.

‘Interstellar’ —inicialmente un proyecto de Steven Spielberg— parte de un guion escrito por el director junto a su hermano Jonathan Nolan. La historia sigue las aventuras de un grupo de exploradores que hacen uso de un agujero de gusano recientemente descubierto para superar las limitaciones del hombre en los viajes espaciales y conquistar las vastas distancias de un viaje interestelar…

"¡Mamá, hay un monstruo en mi fotograma!", 15 criaturas de cine (I)

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Monstruos en cine

Marcada la fecha de hoy en el calendario cinematográfico por el esperado estreno de 'Godzilla' (id, Gareth Edwards, 2014), que esta semana iba a ser monstruosa era algo que el blockbuster pre-veraniego dejaba muy claro. Lamentablemente, no ha sido ese el único evento relacionado con el cine de monstruos que ha sobrevenido en estos días, ya que anteayer nos sorprendía la noticia de la muerte de H.R.Giger, el padre de uno de los xenomorfos más temibles que haya visto la luz en la gran pantalla.

Para celebrar pues que los monstruos vuelven a ser protagonistas de la actualidad cinematográfica, os traemos hoy un largo repaso en quince categorías de lo que el cine protagonizado por criaturas de toda índole ha dado de sí en los últimos 100 años. ¿Y por qué 15? Ahí habría que hacer responsable a John Landis, ya que las categorías que vais a encontrar a continuación son aquellas a través de las que el cineasta estructura su magnífico libro 'Monsters in the movies', como dirían los angloparlantes, un must-have —el libro es impresionante— para todo amante del terror, la ciencia-ficción y algún que otro género más.

Y antes de comenzar, una aclaración. Los títulos que vais a encontrar a continuación no son los mejores de cada categoría. De hecho, es muy probable que ni si quiera sean en algunos casos los que podrían considerarse más significativos. ¿Por qué seleccionarlos entonces? Muy sencillo, porque son mis favoritos, aquellos que he visto incontables veces y que nunca me canso de volver a disfrutar. No son los únicos, claro, y mucho me he tenido que dejar fuera, pero creo que sirven al cometido de dibujar una semblanza personal de lo que considero representativo del cine de monstruos.

Científicos Locos

La historia de los monstruos y criaturas en el séptimo arte no sería la misma sin esos hombres y mujeres que, en aras de la mejora de nuestra especie, nunca han tenido reparos en experimentar con aquello que se les pusiera por delante. De hecho, son esas criaturas las que, a poco que rastreemos, encontramos en los orígenes del cine con mayor facilidad, ya en 'Metrópolis' ('Metropolis', Fritz Lang, 1927) ya en algunos de los clásicos de la Universal entre los que destaca, por méritos propios, ese espléndido primer 'Frankenstein' del séptimo arte que encarnó por Boris Karloff a las órdenes de James Whale en 1933 1931.

Dando un salto de cinco décadas, y dejando por el camino otros muy notables ejemplos —¿quién podría olvidar al hombre invisible al que dió vida Claude Rains o al Jekyll y Hyde en los rostros de Fredric March o Spencer Tracy?— mi elección para esta categoría del cine de monstruos es ese fabuloso remake del clásico del terror dirigido por Kurt Neumann en 1958 que el canadiense David Cronenberg se reinventó, y de qué manera, en uno de esos filmes dirigidos a explorar su concepto de la "nueva carne".

LLevada con singular maestría, luciendo una austera puesta en escena y construyendo un suspense que en ciertos momentos raya lo insoportable, la paulatina transformación de Seth Brundle —un Jeff Goldblum en uno de sus mejores papeles, sobreactuado, sí, pero inolvidable— en Brundlemosca deja instantes de auténtico asco y fascinación visual simultánea, y el clímax final es de esos que, una vez vistos, jamás podrás olvidar. Si la cinta original de los años cincuenta ya era un clásico, de la de Cronenberg podríamos afirmar lo mismo con mayor intensidad si cabe.

Dragones y dinosaurios

Dada la amplitud con la que el séptimo arte ha recogido tanto a dinosaurios como a esas míticas criaturas que escupen fuego que son los dragones, mezclar ambos monstruos en una única categoría es dificultar en extremo la elección de una única película, máxime cuando servidor tiene favoritas a ambos lados. De hecho, aunque la elegida haya sido la magnífica cinta de animación dirigida por Chris Sanders hace cuatro años, muchos títulos habría que sacar aquí a colación que destacan por la imaginación de la que han hecho gala los artistas de esta máquina de sueños que es el cine a la hora de plasmar a tan enormes "bichos".

Y si de aquellos que alguna vez poblaron la Tierra habría que hace obligada mención a ese simpático clásico que es 'El valle de Gwangi' ('The Valley of Gwangi', Jim O'Connolly, 1969) y, por supuesto, a las dos primeras entregas de la trilogía de 'Parque Jurásico' ('Jurassic Park', Steven Spielberg, 1994); en lo que a dragones respecta la cosa se complica, y no podemos olvidar ni a la Maléfica transformada, ni a Fujur, ni a la peculiar fauna de ese espectacular planeta que es el Pandora imaginado por James Cameron, ni, por supuesto, al mejor dragón que ha dado la historia del cine.

Pero cualquier ejemplo queda empequeñecido si se le compara con la que a mi modesto entender es la mejor cinta de animación que ha salido de la Dreamworks en sus diecisiete años de existencia, una película que lo tiene todo, que sabe como jugar con las emociones del espectador para llevarlo por una fantástica montaña rusa y que, gracias a los diseños de ese "Desdentao" que tantas similitudes guarda con cierto simpático extraterrestre de la Disney, se supo ganar las simpatías del público de medio mundo garantizando, no podía ser de otra manera, esa esperadísima continuación que veremos en Agosto.

El diablo tiene la culpa

Muchas y muy diversas son las ramificaciones que el cine de terror ha ido tomando a lo largo de las décadas cuando ha querido reflejar la influencia de Satanás, Lucifer, Belcebú, Belial o, simplemente, de ese reflejo de todo lo malo que alberga el espíritu humano que es el Diablo. Así, desde las películas de brujas o brujos, hasta aquellas en las que aparece directamente la parca o el demonio, encontramos muñecos diabólicos, niños más diabólicos aún, exorcismos diversos, personajes que han vendido su alma al ángel caído o demonios con un puño de piedra que luchan por el bien de la humanidad.

De todas ellas, y a sabiendas que por el camino me dejo imprescindibles títulos del terror de todos los tiempos tan dispares y efectivos como la hipnótica 'La semilla del diablo' ('Rosemary's Baby', Roman Polanski, 1968), la revolucionaria 'El exorcista' ('The Exorcist', William Friedkin, 1973), la hemoglobínica saga de 'Hellraiser, los que traen el infierno' ('Hellraiser', Clive Barker, 1987) o a ese fascinante Satán al que dió vida Robert DeNiro en 'El corazón del ángel' ('Angel Heart', Alan Parker, 1987), si tuviera que quedarme con una sola, esa sería sin duda alguna 'La profecía' ('The Omen', 1976) de Richard Donner.

Un título sobre el que ya me despaché a placer en el especial que le dediqué al cineasta y que, por resumir aquella larga entrada, sigue funcionando hoy en día con igual o mejor intensidad que la que ostentaba hace cuatro décadas, no habiendo envejecido ni un ápice ni sus interpretaciones, ni sus truculentas muertes ni, por supuesto, la maravillosa banda sonora compuesta por Jerry Goldsmith, único Oscar que el maestro se llevó a su casa cuando hubiera merecido incontables estatuillas más.

Fantasmas

Esos supuestos entes que nos rodean, que nos miran cuando nadie lo hace y que son capaces de las más terribles venganzas años después de muertos, llevan causando sensación en el séptimo arte desde que en 1933 Fritz Lang, en su único filme francés, se inventara esa policía fantasmal que se llevaba a Charles Boyer a ser juzgado en el cielo. De hecho, y como también pasa con muchas de las otras categorías de monstruos aquí recogidas, el cine de fantasmas ha sido tratado desde otros géneros que nada tienen que ver con el terror, acercándose en no pocas ocasiones a la comedia con resultados bastante significativos.

Ahora bien, ha sido en el terror donde las historias de espíritus, espectros y entes vaporosos han dado mejores resultados, ya sea llevándonos a vivir a hoteles con pasillos interminables teñidos de rojo o a mansiones encantadas, ya para que acompañemos a niños que en ocasiones ven muertos o a cintas de video que causan una terrible muerte siete días después de su visionado, ya acercándonos a un barrio residencial típicamente estadounidense en el que un aparato tan común como la televisión sirve para desatar la peor de las pesadillas para unos padres, que su hija pequeña desaparezca.

Aquí cabría apuntar lo mismo que he hecho más arriba acerca de 'La profecía', ya que hace unos meses reservé uno de los espacios de Cine en el salón para dar cuenta de lo mucho y muy brillante que hay en 'Poltergeist' (id, Tobe Hooper, 1982), otra de esas cintas de los años ochenta por las que el tiempo no pasa y que, objeto de inminente y temible remake, es con diferencia lo mejor que dirigió Hooper en su carrera...si es que hay que creerse que la dirigiera él al 100%, claro está...

Hombres Lobo

Repasando los varios títulos que han tenido hombres lobo como protagonistas, y dejando de lado la aproximación de la Universal protagonizada por Lon Chaney por aquello de que en su condición de clásico es "intocable", poca ha sido la suerte que los licántropos han corrido en el séptimo arte considerando lo mucho que han llegado a aparecer a lo largo de las décadas en las numerosas propuestas que sobre ellos, sus poderes y debilidades, nos ha legado el mundo del celuloide.

Tan sólo habría que atender a títulos tan irregulares como las dispares 'Teen Wolf, de pelo en pecho' ('Teen Wolf', Rod Daniel, 1985), 'Lobo' ('Wolf', Mike Nichols, 1994), la saga de 'Underworld' (id, Les Wiseman, 2003) o el reciente fiasco que fue el remake de 'El hombre lobo' ('The Wolfman', Joe Johnston, 2010) para apercibirse de que son más los errores que los aciertos en las formas en las que el cine ha narrado las historias de éstas criaturas.

Ahora bien, hay honrosas excepciones a dicha irregularidad, contándose entre ellas 'En compañía de lobos' ('The Company of Wolves', Neil Jordan, 1984) y la elegida para encabezar esta categoría, la entretendísima 'Un hombre lobo americano en Londres' ('An American Werewolf in London', John Landis, 1981), un intento bastante conseguido del cineasta estadounidense de "tratar temas fantásticos de una manera lo más real posible". Para la historia, la transformación de David Naughton a manos del oscarizado Rick Baker.

Máquinas monstruosas

¡Ah!, los robots. Quizás los "monstruos" que más veces han aparecido en la gran pantalla con permiso de cierto chupasangre, las inteligencias artificiales siempre han sido objeto de veneración por parte de la ciencia-ficción, un género que se ha apoyado en su presencia de mil y una formas para ofrecernos un rosario de propuestas tan variado que haría falta un prolongadísimo especial en Blogdecine para dar cuenta de todas y cada una de ellas —y no, no voy a caer en la tentación, que bastante tengo ya encima con el de Cómic como para hacerme cargo de otro que me lleve más de un año terminar.

Remontándonos de nuevo a los inicios de la historia del cine y al mismo título de Fritz Lang con el que abríamos la primera de las categorías de cine de monstruos, esta es probablemente en la que más trabajo me ha costado limitarme a un sólo filme, por cuanto muchos títulos hay puntales de la ciencia-ficción que deberían figurar en justicia en este apartado empezando por el Robbie de 'Planeta prohibido' ('Forbidden Planet', Fred M.Wilcox, 1956), siguiendo por el terror que inspira la frialdad de HAL9000 y terminando tanto en la saga de 'Terminator' (id, James Cameron, 1984) como en la magistral 'Blade Runner' (id, Ridley Scott, 1982).

Pero si me he decantado por 'Inteligencia artificial' ('A.I. Artificial Intelligence', Steven Spielberg, 2001) es por reivindicar a grito pelado la que considero una de las cinco mejores películas del antiguo Rey Midas de Hollywood, un filme que sólo hace ganar con sucesivos revisionados y en el que el enorme cineasta da muestras asombrosas de cómo convertir un cuento de hadas en toda una tesis sobre la búsqueda de la identidad, dejándonos de camino algunas de las secuencias más terroríficas de todo su cine. Una obra maestra a la que todo cinéfilo debería estar obligado a acercarse más de una vez en su vida.

Mitos y Leyendas

Mil y una leyendas son las que el cine ha tenido a bien, y sigue teniendo a bien de forma recurrente, adaptar de las más variadas formas que uno pueda imaginarse; plagadas todas ellas de criaturas míticas, personajes de cuento, e historias de esas que, algo suavizadas, uno le cuenta a sus hijos con la esperanza de dejarlos dormidos y soñando con mundos imposibles, princesas en peligro y monstruos que al final son vencidos por héroes que no se dejan amilanar ante nada.

De todo ello, como decía, sabe muchísimo, y sabe desde los tiempos de Georges Meliés, un séptimo arte que tan pronto ha buceado en las mitologías grecorromanas, como la hecho en los cuentos de Perrault, los hermanos Grimm o los Andersen. Y en esos esfuerzos, compuestos por infinidad de propuestas normalmente ligadas al cine de corte fantástico, si hay un nombre inexcusable por el que hacer obligada estación de penitencia ese es el de Ray Harryhausen, maestro en eso de inventar criaturas que demostró su arte en tantos y tantos filmes inolvidables.

De entre ellos me he decantado por 'Furia de titanes' ('Clash of Titans', Desmond Davis, 1981) por aquello de contiene la que fue la creación favorita del artista, esa medusa armada con un arco que se las hacía pasar bastante mal al Perseo encarnado por Harry Hamlin y a sus infortunados acompañantes. Muy por encima de su olvidable remake, 'Furia de titanes' se beneficia sobremanera de la imaginación de Harryhausen, un genio inigualable de una época en la que la fantasía pasaba por unos efectos especiales muy diferentes a los que el cine nos tiene acostumbrados hoy en día.

Momias

Lo decía con respecto a los hombres-lobo, y quizás el discurso gane en intensidad al referirnos a estas criaturas andrajosas cuyos vendajes llevan siglos pudriéndose y que vuelven a la vida ávidos de venganza y sangre humana. De nuevo, en lo que a momias atañe, el marco de referencia lo pone la primera cinta que se acercó a estos monstruos de origen egipcio, aquella protagonizada por Boris Karloff y dirigida por Karl Freund que, aún habiendo envejecido considerablemente, conserva un irresistible je ne sai quoi.

Con poco que resaltar de las contadas ocasiones en las que el cine se ha acercado a ellas desde 1932, y dejando de lado ese desopilante experimento que fue 'Bubba Ho-Tep' (id, Don Coscarelli, 2002), la que considero producción de momias por excelencia es el espléndido remake del original de la Universal que, acercando posturas con el cine de aventuras a lo Indiana Jones, llevaba a cabo Stephen Sommers a finales de siglo pasado.

'La momia' ('The Mummy', 1999) es un filme de corte clásico que se arropa de un aparato de efectos especiales espléndido y de una partitura de Jerry Goldsmith aún mejor, para ofrecernos una montaña rusa imparable de la mano de ese brabucón que es aquí Brendan Fraser —en la que sin duda es su mejor interpretación, aunque esto no sea decir mucho— y de la inocencia cargada de sensualidad que se desprende de la mirada de Rachel Weisz. Sus secuelas, lamentablente, no supieron rescatar para sí la magia que sí tuvo esta simpatiquísima producción.

Hasta aquí, esta primera parte. Mañana, a la misma hora en el mismo espacio, la conclusión.

"¡Mamá, hay un monstruo en mi fotograma!", 15 criaturas de cine (y II)

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Monstruos ppal

Después de haber desgranado ayer ocho de esas quince categorías en las que John Landis clasifica al cine de monstruos en ese recomendadísimo libro que es 'Monsters in the Movies', continuamos hoy allí donde lo dejábamos con estas segunda entrada dedicada a repasar lo más granado que la historia del cine nos ha dejado en lo que a criaturas se refiere. Y lo hacemos comenzando por uno de las primeras citas llamadas a estimular la imaginación de nuestros bisabuelos —y de muchas generaciones posteriores— allá por la tercera década del siglo XX.

Monos monstruosos

Si nos hablan de gorilas gigantes sólo es una la imagen que presta acude a nuestra memoria, la de King Kong escalando el Empire State en la que supone una de las instantáneas más icónicas de la historia del cine. Y es que aún hoy, con ochenta y un años a sus espaldas, la cinta dirigida por Merian C.Cooper y Ernest B.Schoedsack sorprende por el virtuosismo de su imaginación a la hora de plasmar en pantalla algo casi imposible si se consideran los limitados recursos en cuanto a trucajes visuales con los que se contaban hace ocho décadas.

Tan magna es dicha imaginación que su influencia en cineastas y artistas posteriores a ella resultó determinante, por ejemplo, para que Ray Harryhausen quisiera dedicarse a crear magia mediante el stop-motion o que un neozelandés llamado Peter Jackson soñara de pequeño con poder sentarse algún día en la silla de director. Y, claro está, comparadas con ella, cualquier cinta con mono gigante, incluída el espectacular remake llevado a cabo por el artífice de la trilogía de 'El señor de los anillos', queda en entredicho.

Poco hay pues que destacar en los incontables plagios e imitaciones que a lo largo de las décadas le han ido saliendo a 'King Kong' (id, 1933), y sólo un filme protagonizado por monos, aunque no gigantes, merece estar a la misma altura de clásico que la cinta protagonizada por Fray Way, y ese no es otro que la magistral 'El planeta de los simios' ('Planet of the Apes', Franklin J.Schaffner, 1968), piedra angular fundamental del género de ciencia-ficción de todos los tiempos y una de las mejores muestras de lo que el género podía ofrecer cuando sirve a algo más que el mero entrenimiento.

Monstruos espaciales

¿Estamos sólos en este vasto universo? ¿Llegaremos algún día a saber si inteligencia más allá de nuestra atmósfera? Estas, entre otras muchas, son preguntas que el hombre, toda vez lanzó su mirada hacia la infinitud del espacio exterior, sigue haciéndose de forma recurrente. Unas preguntas a las que el cine ha dado tan innumerables respuestas que esta categoría, y sólo esta, ha sido la que mayores dilemas me ha planteado a la hora de seleccionar un único título que fuera representativo, como indicaba al comienzo de la entrada de ayer, de mis preferencias en el cine de monstruos.

Tanto es así, que al final no he sido capaz de reducir a un sola producción lo que aquí queda recogido, decantándome tanto por una de las mejores cintas de terror con xenomorfo de por medio que nos ha dejado la historia del cine, como por un reciente título de fantasía que se convirtió, casi de forma instántanea, en una de mis cintas favoritas de lo que llevamos de siglo. En lo que respecta al género al que pertenece la primera, y con permiso por supuesto de la magistral 'Alien, el octavo pasajero' ('Alien', Ridley Scott, 1979) y su maravillosa secuela, considero que 'La cosa' ('The Thing', 1982) debía figurar aquí por derecho propio.

Muchas y muy diversas son las razones que habría que aducir aquí a ese respecto, pero dejaré el análisis pormenorizado de tales cuestiones para cuando revise la cinta en el Ciclo de Ciencia-ficción. Baste decir por ahora que el remake que Carpenter concreta partiendo del filme de Howard Hawks en el que probablemente sea su mejor obra, es un prodigio desde casi cualquier punto de vista que quiera ser considerado, y sus efectos visuales, obra y gracia del grandísimo Rob Bottin, siguen dejándome hoy de piedra como lo hicieran hace treinta años.

Y si el terror con bichos del espacio ha dado mucho de sí en el cine, otro tanto se puede afirmar —incluso con más vehemencia— de la fantasía o la ciencia-ficción, géneros ambos en los que incontables son las propuestas que han explorado los más recónditos planetas de las infinitas galaxias que componen la vastedad del cosmos. Esta claro que, entre ellas, habría que hacer aquí obligada mención a las dos obras capitales de Steven Spielberg —y supongo que no hará falta decir cuáles son—, o a la lejana galaxia a la que cierta saga lleva transportándonos desde finales de la década de los setenta.

Porque uno es hijo de la década que es; porque supuso una sorpresa mayúscula y porque, qué demonios, es una película magnífica, 'Super 8' (id, J.J.Abrams, 2010) era clarísima elección personal para terminar figurando aquí como la representante de la faceta más amable de lo que una invasión extraterrestre supondría para la vida de nuestro planeta, no significando ésto que olvidemos ese reverso belicoso que en el cine de género nos ha dejado ejemplos tan válidos como 'Starship Troopers' (id, Paul Verhoeven, 1997), 'Depredador' ('Predator', John McTiernan, 1987) o 'Distrito 9' ('District 9' Neill Blomkamp, 2009).

Claro homenaje a la forma de hacer películas de hace tres décadas, y con evidentes guiños a clásicos ochenteros como 'Los Goonies' ('The Goonies', Richard Donner, 1985), 'Super 8' es un ejercicio de madurez y concisión narrativa, algo que queda puesto de manifiesto desde sus primeros planos y que ese finalazo capaz de arrancar lágrimas hasta del más insensible eleva a la enésima potencia. Que sí, que son —¿sois?— muchos a los que le molestan los brillos típicos del director, pero es un mal menor entre tal despliegue de genio.

Monstruos muy humanos

Y del espacio exterior, al espacio interior; a los más recónditos, oscuros y tenebrosos huecos del alma humana. Esos que llevan a cometer a nuestros congéneres crímenes inenarrables convirtiendo a personas aparentemente normales en los peores monstruos imaginables, aquellos que podrían vivir en la puerta de al lado de tu casa y tener en su congelador restos humanos. Aquí quien realmente debería estar "hablándoos" en este momento es mi compañero Mikel, cuyo especial de Cine de psicópatas no es más que la punta de lanza de la tesis con la que rubricará sus estudios.

Suponiendo que colegirá conmigo en las suscintas reflexiones aquí arrojadas, resulta abrumadora la cantidad de títulos que pueblan la historia del cine y que han puesto en escena relatos protagonizados por asesinos en serie, enmascarados o no, que habiendo sufrido una infancia terrible o un ultraje imperdonable, se convierten por voluntad propia o por poderes sobrenaturales bien en protagonistas de prolongadas franquicias, bien en hitos irrepetibles de la historia del cine. Y es en este segundo grupo donde obviamente nos detenemos para recordar, cómo no, al carismático Norman Bates y, por supuesto, al terrible John Doe.

'Se7en' (id, David Fincher, 1995) fue todo un hallazgo que hoy en día sigue resonando en la fecunda y muy diversa trayectoria de su director, si no como el mejor filme del que se ha hecho cargo, sí como uno de los tres mejores. La historia de los dos detectives encarnados de forma brillante por Brad Pitt y Morgan Freeman atesora momentos icónicos de la historia del cine, ya sea en la truculenta visualización de los crímenes que toman los siete pecados capitales como guión, ya por un final que nadie podía esperarse. Por cierto, IMPRESIONANTE Kevin Spacey.

Mutaciones atómicas

Miedo a escala mundial tras los estragos de la Segunda Guerra Mundial y sub-género favorito del cine de ciencia-ficción durante la práctica totalidad de los años 50, los horribles resultados del abuso de la energía nuclear provocaron un alud de producciones del cine de monstruos que, en la mayoría de ocasiones, tiraban por el recurso fácil de tomar algún insecto, multiplicar su volumen por diez, y convertirlo así en una amenaza impensable a la que un pueblo, ciudad o país tenía que hacer frente.

Es bajo esta categoría donde habría que recoger al a criatura que, en parte, justifica este repaso en dos partes que desde ayer llevamos haciendo a las películas con entes de pesadilla. Y si bien contados son los ejemplos que en este ámbito escapan de la inocencia del 'Godzilla' (id, Ishirô Honda, 1954) original, o de cualquiera de los filmes con "bichos gigantes" del estilo de 'La humanidad en peligro' ('Them!', Gordon Douglas, 1954), no es menos cierto que tanto la demoledora 'La niebla' ('The Mist', Frank Darabont, 2007) como la que encabeza esta sección, hablan de sobra de aquello sobre lo que tanto se insistió seis décadas atrás.

Y si me he decantado por 'El increíble hombre menguante' ('The Incredible Shrinking Man', Jack Arnold, 1957) y no por la adaptación del relato de King es porque este último coquetea más con la fantasía pura y dura —portales dimensionales y criaturas de realidades paralelas— que aquello que podemos ver en la cinta guionizada por Richard Matheson. Una película imperecedera de la que ya hablé en su momento dentro del Ciclo de ciencia-ficción y que tienen uno de los mejores finales que se han ideado para una cinta del género en el siglo "y pico" que abarca ya la historia del cine.

La naturaleza pueder ser muy vengativa

El más famoso libro de Herman Melville ya ponía de manifiesto que este mundo que nos rodea puede llegar a volverse contra nosotros en formas inimaginables y, como disciplina artística que tantas y tantas veces ha mirado a la literatura, que el cine se haya hecho extensible eco del peligro extremo que cualquier tipo de animal puede suponer para la especie humana no es más que la consecuencia lógica de los derroteros por los que han ido discurriendo el terror y la ciencia-ficción en la gran pantalla.

Tanto es así, que los estridentes ejemplos de tiburones en tornados o castores asesinos que hemos tenido que "soportar" en los últimos tiempos no son más que la punta de un iceberg descomunal en el que de todo hay para el zoólogo aficionado. Ahora bien, entresacar de ese todo producciones con un mínimo de calidad no es asunto sencillo, y sólo un reducido puñado encabezado por la genial 'Los pájaros' ('The Birds', Alfred Hitchcock, 1963) o la simpática y reivindicable 'Temblores' ('Tremors', Ron Underwood, 1990) merecería nuestra atención.

Acompañando a las dos anteriores, es de cajón encontrar a la cinta que "inventó" los blockbusters veraniegos y la primera muestra de que aqué chaval que había rodado una película sobre un camión persiguiendo a un coche tenía mucho que decir en el mundo del cine. Escalofriante como ella sola, 'Tiburón' ('Jaws', Steven Spielberg, 1975) cuenta con uno de los principios más imitados —incluso por él mismo— de la historia del cine, y dio pie a una franquicia que nunca supo estar a la altura de lo que su magistral primera parte ofreció a una generación que nunca volvió a mirar el agua con la misma confianza.

Vampiros

Fascinantes criaturas que, generación tras generación consiguen encontrar voz propia con la que seguir atrayendo a lectores y cinéfilos —por más que dichas encarnaciones sean unos esperpentos de padre y señor mío—, los vampiros son los monstruos cuyo rastro nos lleva más atrás en la historia del séptimo arte, concretamente hasta 1922 con la mítica 'Nosferatu' (id, F.W.Murnau), protagonizada por un inquietante Max Schreck que suponía la adaptación no oficial del relato de Bram Stoker que encendía la fiebre por los chupasangre allá por 1897.

Desde entonces, tanto si nos referimos a Drácula —el personaje de ficción que más adaptaciones ha conocido al celuloide— como a la especie que éste representa, incontables son los títulos a los que habría que hacer mención casi obligada si contarámos con más espacio de los tres párrafos autoimpuestos que he dedicado a cada categoría de estas entradas sobre el cine de monstruos. Está claro que entre ellos figurarían los clásicos de Tod Browning y Terence Fisher, así como aquél baile orquestado por Roman Polanski o la adaptación de la novela de Stoker llevada a cabo por Francis Ford Coppola.

Pero de todas ellas, por su singularidad, y por tratar a los vampiros huyendo de los típicos clichés asociados a estas criaturas —unos clichés de los que ya habían escapado cintas como 'El ansia' ('The Hunger', Tony Scott, 1983) o 'Vampiros de John Carpenter' ('Vampires', John Carpenter, 1998)— me quedo tanto con la encarnación original como con el fantástico remake estadounidense de 'Déjame entrar' ('Låt den rätte komma in', Thomas Alfredsson, 2008). Atención a la escena que acompaña a estos párrafos. Como siempre, una imagen vale más que mil palabras.

Zombies

Y llegamos al final de nuestro —mi— particular repaso por lo que el maridaje del cine con los monstruos ha dado de sí. Y lo hacemos, cómo no, con esos muertos devueltos a la vida que actualmente están causando injustificada sensación en la pequeña pantalla —muy diferentes serían las apreciaciones hacia 'The Walking Dead' si los fans de la serie leyeran el cómic de Robert Kirkman— y que George A. Romero revitalizaba para el cine a finales de los sesenta con su imprescindible 'La noche de los muertos vivientes' ('Night of the Living Dead', 1968).

Aunque los zombis de forma estricta formaban parte de la historia del cine desde los años 30, Romero perfiló la definición de muerto viviente para convertirlos en seres hambrientos de carne y sangre humana que se movían a velocidad de caracol y que, aún así, conseguían plantar cara al grupo de humanos más rápido y mejor preparado que uno pudiera imaginar. Iniciando todo un sub-género dentro del terror, los zombis han sido protagonistas secundarios de cintas tan diferentes como 'Posesión infernal' ('Evil Dead', Sam Raimi, 1981) o '28 días después' ('28 Days Later', Danny Boyle, 2002).

Pero de entre todos los ejemplos que podrían servir como escaparate del cine de muertos vivientes, ninguno se antoja mejor para el que esto suscribe que el remake de la secuela del filme original de Romero que Zack Snyder firmaba en 2004 antes de convertirse en ese "Director visionario" que tiene muy poco de lo segundo. Tomando el pulso a la historia del grupo de supervivientes en un centro comercial, Snyder nos regalaba algunas de las mejores tomas de su filmografía y dejaba claro que, aún recurriendo a ellos, en el terror hay vida más allá de los golpes de efecto.

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